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"LOS ABUELOS EN LA EDUCACIÓN DE LOS NIETOS"

Si hoy me preguntaran, cuáles son mis sentimientos y expectativas hacia mi nieta Emilia, no sabría qué contestar; es una vorágine de ideas, cataclismos de sentimientos, miedos convertidos en un dolor permanente, callado y un gran amor que me rebasó desde el instante mismo que conocí de su llegada.

A su nacimiento, con mi niña y yerno viví sus primeros desvelos, en silencio he vivido sus angustias y he tratado de sanar heridas con abrazos; a su tierna edad he gozado sus pequeños triunfos y cobijado sus fracasos. Cuando dio sus primeros pasos y la vi caer, mi alma se convirtió en hielo, más cuando la vi ponerse de pie, mi alma de viejo tocó el cielo.

Considero necesario rescatar la importancia y trascendencia de los abuelos en la crianza de los nietos; ya que los abuelos son un enlace natural entre las generaciones familiares y grandes apoyos para madres y padres jóvenes, sobre todo cuando trabajan.

La relación de los abuelos con los nietos representa una base emocional muy importante en la formación de la personalidad y carácter de un niño y sin lugar a dudas después de los padres, los abuelos son los más fervientes y mejores cuidadores de los niños. Sin embargo, cuando estas figuras participan del cuidado de los nietos, es necesario que tanto padres y abuelos mantengan una comunicación abierta y constante, para que todos estemos “en la misma línea”, pues la opinión ajena es válida, pero siempre en forma de apoyo y consejo, no como imposición o descalificando a los padres.

Gracias al abuelo el nieto encuentra siempre un hogar cálido y reconfortante donde despertar su imaginación y en el que las tareas escolares son una recreación. En muchas ocasiones, los abuelos somos aliados y guardianes de los secretos de los nietos, ya que nos limitamos a escuchar, a enseñar sin reproches, juicios de valor o críticas. Los abuelos somos experiencia, transmisores de valores, historia, somos permisivos y consentidores, pero respetando en todo momento las reglas dictadas por los padres. El abuelo está hecho para guiar, acompañar y con esto ya tiene bastante y el educar se lo debe dejar a los padres.


Cuando los años transcurran y los pasitos temerosos de los nietos dejen de recorrer " La Casa de los Abuelos", los nietos recordarán a sus queridos viejos que no fueron invisibles, que siempre estuvieron presentes, porque esta huella jamás desaparece, sino que se conserva en recuerdos. Los abuelos por nuestra parte, viviremos agradecidos por tener una segunda oportunidad para amar.


AUTOR: Dr. David Baltazar Miranda

Subdirector General IDENAP


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