Estamos por terminar un año más, donde los retos no solo han sido económicos, sino también emocionales, poco a poco las calles y las casas se llenan de luz, de olores y sabores característicos de esta época del año, como el rico olor a pino y ponche; todo parece volver a la calma, el amor y la paz invade todo a nuestro alrededor, y si cerramos los ojos, podremos buscar algún viejo recuerdo de los días más divertidos de esta época, incluso, el cálido abrazo de los abuelos recibiéndonos en su casa.
¿Lo recuerdas?, cómo las cosas más simples, te hacían sentir feliz, solías sonreír más a menudo, incluso tararear tu canción favorita, mientras caminabas con tu familia, ¿te acuerdas de ese niño o esa niña?
Conforme vamos creciendo, las preocupaciones y responsabilidades, nos van apagando la chispa de aquel niño o aquella niña, porque ahora somos nosotros quienes tenemos que cuidar a nuestra propia familia, a nuestros propios niños y niñas, y al observarlos y ver nuestro reflejo, en esos ojitos que tienen un hermoso brillo, nos damos cuenta de cómo ha pasado el tiempo, y que queremos para ellos, todo lo mejor, que no tengan que vivir mal alguno, y que nunca pierdan ese entusiasmo que nosotros, perdimos en algún momento.
Si, ahora nos convertimos en los cuidadores, en los guías, de nuestros seres queridos, ya sea pareja, hijos, padres, hermanos, etc., nos desvivimos por ellos; pero, ¿Saben?, un cuidador y líder, también necesita ser cuidado, pero ¿Cómo lograrlo?, si ahora estamos tan comprometidos con las mil responsabilidades que a veces nos abruman.
La primera parte es aceptar que necesitamos un tiempo para nosotros, el hecho de crecer, no significa, que debemos de dejar las cosas que nos daban un apapacho para el alma, ya que de esto depende que nosotros, tengamos la resiliencia necesaria para poder enfrentar el día a día. Gestionar un espacio para nosotros, no significa que debemos dejar de lado nuestras responsabilidades, o que somos egoístas al poner un tiempo para nosotros, es necesario y por salud mental, “AGENDAR UNA CITA CON NOSOTROS”.
Es importante, tener por lo menos una vez a la semana, una actividad personal, que te ayude a disminuir el estrés y tengas contacto con tu niño interior, esto ayudará a que los químicos de tu cerebro faciliten el equilibrio en tu vida; los llamados “Químicos de la felicidad” son: oxitocina, endorfina, dopamina y serotonina, nuestro cerebro funciona por medio de estos químicos que se ven reflejados, en cuerpo y mente, por lo tanto en las actividades y actitudes del día a día.
“SIEMPRE TEN PRESENTE A TU NIÑO INTERIOR”: Mucho se habla del niño interior, que si sanamos parte de nuestro pasado, podremos tener un mejor futuro, pues la perspectiva cambia, cuando lo vemos de manera positiva. Hay que recordar que, desde el primer momento que late nuestro corazón, se registra en nuestro inconsciente, diferentes tipos de habilidades, incluyendo las socioemocionales, y es por eso que, lo aprendido, en nuestros primeros 7 años de vida, son fundamentales, te preguntaras, ¿Cómo adquirir o reparar lo que, por diversas circunstancias de vida, nos hace falta?, Todos los padres hacen su máximo esfuerzo para lograr nuestra crianza, y en algunos momentos, existen situaciones que nos hacen olvidar, a nuestro hermoso niño interior y no es necesario culpar a nadie, ya que simplemente, son cosas que pasan, y sin importar la edad que tengas, si eres soltero o casado, con hijos o sin ellos, o incluso, tu entorno, cada día que te levantas, tienes la oportunidad de ser mejor persona y trabajar en ti, para sanar todas las heridas del pasado, y por lo tanto, realmente vivir en armonía contigo y con todos los que te rodean.
Según Victoria Cadarso “Nuestro niño interior, como auténtico ser, representa la parte trascendente de nosotros mismos, ese canal directo entre nuestro ser y nuestro Ser Superior, o niño divino o presencia de la divinidad en nuestro interior (…) Cuando somos auténticos, genuinos y compasivos al máximo, cuando estamos llenos de amor, de empatía y de perdón, nos encontramos en un estado extraordinario que permite que aprovechemos nuestra sabiduría”.
Un buen líder, sabe que no puede dar lo que no tiene, y si estamos algo “vacíos”, aunque nos esforcemos por dar lo mejor, materialmente hablando, a nuestros seres queridos, solo quedará en eso, en algo material. Dar es un regalo maravilloso, que nos debe llenar en todo sentido, regalar tiempo de calidad y amor, es tocar el alma de los demás, pero para poder lograrlo, siempre debemos tener en mente: “EL PRIMER REGALO DE AMOR, DEBE SER PARA UNO MISMO, PUES ESO NOS MANTENDRÁ SANOS, PARA LLENAR DE VERDADEROS REGALOS A TODOS LOS QUE NOS RODEAN”.
¡CONOCE EL INSTITUTO PARA EL DESARROLLO DE NIÑOS CON ALTO POTENCIAL, (IDENAP)!
Autor: Pilar Hernández Pérez
Licenciada en Psicopedagogía
Coordinadora Artística y Deportiva
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