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¡ENSEÑA A TU HIJO A SER MENTALMENTE FUERTE!

Sin duda alguna la vida está colmada de retos, problemas, desilusiones, situaciones que no podemos cambiar o circunstancias que nos pueden traer depresión; de hecho, actualmente, estamos viviendo una que cambió nuestras vidas radicalmente y que para muchas personas significó pérdidas económicas y/o vidas de seres queridos (Leer más."Los otros riesgos de la pandemia"). Sin embargo, la pandemia del COVID 19 es solo uno de los muchos problemas a los que nos enfrentamos día con día, por esta razón, tener una mentalidad fuerte es indispensable para poder ser feliz a pesar de la adversidad, superar los retos que la vida nos pone e inclusive aprender de ellos.

Ayudar a tu hijo a desarrollar una mentalidad fuerte puede ser, sin duda alguna, una de las herramientas más valiosas para lograr esos objetivos de superación y desarrollo.

Aquí te mostraremos algunas técnicas e ideas que podrás llevar a cabo, sin importar la edad que tengan.


1° RESILENCIA.

La resiliencia se define como la capacidad que tenemos las personas de superar problemas o adversidades o bien adaptarse a las nuevas circunstancias.

Enseñar a los hijos a ser resilientes es fundamental en la fortaleza mental, porque como lo hemos dicho ya, la vida está llena de obstáculos y lo peor que podemos hacer como padres es quitárselos del camino. Al tratar de evitar que ellos enfrenten y superen sus propios problemas, estamos formándolos con un carácter débil y susceptibles a la depresión o frustración.

Técnicas para enseñar resiliencia a tus hijos:

a) Enséñalos a contarse otra historia.

Todos tenemos un narrador interno que tiende a exagerar y a hacer duraderas o dolorosas las situaciones que vivimos. Enseñemos a nuestros hijos a ser objetivos, a “contarse otra historia”, a que vean la situación o problema desde distintos ángulos y también a que todo se reenfoca con el tiempo.

Una vez alguien me dijo: “No tomes decisiones permanentes, para problemas pasajeros”.


b) Enséñalos a cambiar de actitud.

No permitas que asuma actitudes derrotistas o victimistas. Enséñalo a darle a todo su justo peso, no permitas que haga comentarios negativos de su persona, o a que se descalifique o bien, que se victimice.

En la vida existen dos tipos de situaciones: Aquellas que no podemos cambiar y que necesitamos aprender a superar y seguir avanzando y aquellas que son más bien, situaciones a resolver. Aprender a identificarlas es también aprender a darles su justo peso para trabajar en ellas. En nada ayudan las actitudes derrotistas o victimistas.


c) Déjalo cometer sus propios errores.

La labor de un padre no es proteger a sus hijos del error, sino estar ahí para enseñarle que los errores son parte del proceso de aprendizaje y no debe sentir vergüenza por los errores que cometa.

2° AUTOESTIMA.

La autoestima podemos definirla como la opinión que tienes de ti mismo cuanto te valoras o cuando determinas que tan valioso eres.

La autoestima de una persona se forma desde la infancia y tiene la característica que puede cambiar con el tiempo. La autoestima de toda persona se alimenta de las palabras, de los éxitos, de las frases, experiencias, miedos, modelos, etc.

Como padres, podemos ayudar a nuestros hijos a ir fortaleciendo su autoestima con las siguientes técnicas:


a) Enséñales a quererse y a aceptarse.

Todos somos diferentes. Tenemos diferentes características físicas, diferente carácter, distintos valores y en general, distintas formas de ser. Aprender a aceptarnos y a querernos con nuestras virtudes y defectos es parte fundamental del amor propio. Di a tus hijos lo valiosos que son, no escatimes tus elogios, no limites tus palabras amorosas, no te acuestes sin haberles hecho saber en el día lo importantes que son para ti.


b) Enséñales a comunicarse sin miedo.

Escuchar sus opiniones con respeto, preguntarles su sentir, hacerles saber que lo que piensan es fundamental en la formación su autoestima. Por eso, aprende a escucharlos, a identificar sus gustos y aprende como padre a hablar abiertamente de sus caídas y errores, no con el fin de criticar, sino con el fin de escucharlo, conocerlo mejor y hacerle ver que lo importante que es para ti.


c) Enséñales a fijarse metas y alcanzarlas.

Nada fortalece más la autoestima de tu hijo como alcanzar una meta (aprender algo, ganar un concurso o competencia, superar algo que le costaba trabajo). Por esta razón es importante que hagas que tu hijo salga de la zona de comodidad que lo atrapa en la flojera o desidia y que no le permite hacer nada o proponerse nuevos retos.

Haz que practique nuevas actividades o deportes que lo reten y permanece a su lado ayudándolo y apoyándolo.


3° CONFIANZA.

La confianza es la seguridad que tenemos para emprender algo. La confianza va muy de la mano con la autoestima, distinguiéndose como el valor o la fuerza interior que tenemos y que puede hacer que llevemos a cabo acciones como emprender, afrontar o confrontar personas, problemas, situaciones o retos que pudieran ser complejos.

  • ¿Cuántas veces hemos dejado de hacer algo por miedo a fracasar?

  • ¿Cuántas veces hemos permitido faltas de respeto o injusticias, por miedo a confrontar?

  • ¿Cuántas veces hemos dejado pasar oportunidades por miedo a preguntar?


La psicóloga Cornie Warren afirma que el ser humano se dice al menos 10 mentiras sinceras al día como son:

  • No puedo, me rindo,

  • No vale la pena intentarlo

  • No soy tan listo

  • Todo lo malo me pasa

  • No quiero tener problemas, etc.


Cuando nos repetimos frases como las anteriores las convertimos en juicios injustos que nos acaban creando una forma “tibia” de actuar. Como padres, podemos enseñar a nuestros hijos a tener más confianza con las siguientes acciones:


a) Enséñalo a identificar lo que le cuesta trabajo o a lo que le tiene miedo y ayúdalo a enfrentarlo con pequeñas exposiciones a dicha situación hasta que logre superarlo.


b) Enséñalo a confrontar, a preguntar, a decir no, a expresar lo que quiere y a decir lo que piensa.


c) Enséñalo que no es del todo malo tener conflictos siempre y cuando aprenda a resolverlos sin violencia y controlando las emociones negativas que puedan dañarlo a él u a otra persona.


d) Enséñalo a identificar y a alejarse de las personas tóxicas. Las personas tóxicas destruyen la autoestima y confianza de tus hijos, los pueden hacer creer que no valen y los manipulan.


4° AUTORREGULACIÓN.

Las emociones son la respuesta a los estímulos del mundo exterior o nuestro propio pensamiento. La forma en que reaccionamos a los problemas, circunstancias, retos, miedos, etc. nos define como personas autorreguladas o reactivas.



La inteligencia emocional, juega un papel clave en la autorregulación de nuestras emociones. Steven Covey describe el principio 90/10 de la siguiente forma:

  • El 10% de la vida está relacionada con lo que nos pasa y el 90% con la forma en como reaccionamos. Nosotros no tenemos control sobre el 10% de todo lo que sucede, pero sí sobre el 90% ¿Cómo? Con nuestra actitud.

Enseñar a los hijos a identificar y controlar sus emociones forma parte primordial de la fortaleza mental. Una persona que no sabe autorregularse es como una “bomba de tiempo” lista para estallar al menor estímulo sin importar o medir las consecuencias.

Como padres tenemos que enseñar a nuestros hijos las técnicas que los ayuden a autorregular sus emociones, como son:


a) Enséñalo a reaccionar con base en sus valores. Como padres siempre enseñamos a nuestros hijos valores de vida básicos para las relaciones humanas, como son: el amor, la empatía, la verdad, la amistad, la amabilidad, etc. Pero en muchas ocasiones los problemas o las situaciones que vivimos nos hacen actuar NO con base en estos valores, sino con base en sentimientos del momento, convirtiéndonos en personas reactivas, es decir, “bailamos al son que nos tocan” y somos capaces de olvidar toda una vida de enseñanzas en valores.


b) Cuando se sienta descontrolado enséñalo a darse espacio para reflexionar. Todos necesitamos en momentos nuestro propio espacio para reflexionar, tranquilizarnos, y reenfocar nuestros pensamientos, así también, nuestros hijos. Por eso es importante que ellos mismos aprendan a darse un “tiempo fuera” y aprender a autogestionar sus sentimientos.

Como padres amorosos y a veces sobreprotectores quisiéramos evitar que nuestros hijos sufrieran o tuvieran problemas. Quisiéramos ir quitando de su camino todas esas piedras que pudieran hacerlos tropezar, pero eso no es posible; como padres, uno de nuestros principales deberes es enseñar a nuestros hijos a saber caminar por esas rutas difíciles y adversas, a saber superarlas, aprender de ellas y al final, aprender también a ser felices.

La resiliencia, la autoestima, la confianza y la autorregulación son cimientos de la personalidad de nuestros hijos que podrán hacer que vean esas rocas como la oportunidad de construir más grande y fuerte su castillo.( Leer más "Resiliencia")


Autor: Dra. Liliana Sánchez Gutiérrez.

Directora General y Fundadora





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